domingo, 18 de marzo de 2012

Oidio

Los mohos son microorganismos que no tienen la capacidad de recibir energía y alimentación de la luz solar, ya que carecen de clorofila. Al igual que los humanos, necesitan alimentos para sobrevivir, y se nutren de restos de plantas y otras materias residuales orgánicas. En este sentido, los hongos son un eslabón indispensable en la jerarquía de la vida en la tierra, aunque se encuentren en la base de la cadena alimenticia. Los mohos se presentan, principalmente, en forma de largos filamentos. Estos filamentos se conocen como micelio y se originan a partir de una célula del hongo. Pueden formar redes, estrechamente entrelazadas, de hectáreas de extensión. Por medio de las esporas, los hongos pueden reproducirse tanto de manera vegetativa como regenerativa.


Descripción
Oidio es el nombre de una enfermedad de las plantas y del hongo que la produce. Se trata de un hongo parásito de la familia de las erisifáceas, que ataca las partes aéreas de las plantas.
Es una enfermedad ampliamente extendida en la península ibérica que casi siempre hace acto de presencia, y que en algunos años de condiciones climáticas favorables para su desarrollo puede ocasionar, en variedades sensibles y en zonas propensas, la pérdida total de la cosecha. En muchos aspectos es una enfermedad tan, o más importante que el "mildiu", pues se presenta con mayor constancia.
corresponde a un hongo patógeno de carácter obligado, esto significa que para poder desarrollarse necesita que el huésped este presente.
Su crecimiento es externo con un micelio blanquecino de aspecto pulvurulento, el cual le da el nombre de peste ceniza. Sobre este micelio crecen y desarrollan los conidioforos de 0.1 a 1.4mm que originan conidias o esporas asexuales características, estas son de forma oval de 16 a 18 micras con sus extremos truncados, similar a la forma de un barril.


(Izqd.)Cadenas de esporas de oídio sobre una hoja vistas al microscopio óptico. (Cent.) Cadenas de conidias de Sphaerotheca. (Der.) Diagrama del hongo del oidio. El hongo está situado en la superficie de la hoja, excepto sus órganos de anclaje (haustorios), que invaden las células de la epidermis.


Sphaerotheca macularis.
Este es un oídio que ataca a un amplio rango de huéspedes, con lo que es muy probable que haya algún reservorio cerca de nuestra plantación. Es un gran problema en fresa y también en plantaciones de lúpulo. Este hongo pasa el invierno en forma de ascas (una especie de bolsas que contienen un tipo de esporas denominadas ascósporas) o de micelio sobre otras plantas huésped bien sean cultivadas o silvestres (en parques y jardines, balcones y terrazas, etc.). Los cultivos de interior o de invernadero infectados también son un buen reservorio de la enfermedad. Este micelio refugiado en otras plantas libera conídios (un tipo de spora). Estos conidios son los que transportados mayormente por el viento, acaban en la superficie de las hojas de las plantas de cannabis, donde si las condiciones son las adecuadas germinan y se desarrollan, formando nuevos conidios, volviendo a comenzar el ciclo y haciendo que este hongo se extienda por toda la planta.

Cuanto más alta es la concentración de conidio en el ambiente, mayor será la probabilidad de sufrir un ataque grave de este hongo, con lo que las medidas preventivas estarán dirigidas a crear condiciones y aplicar tratamientos que dificulten el establecimiento de estos conidios en nuestras plantas.

En las hojas aparecen manchas blancas, hay gente que las confunde con resina si estan cerca de los cogollos. Si llegan a los cogollos deben ser desechados, nunca consumir cogollos con hongos.

Su nutrición la logra mediante estructuras llamadas haustorios que le sirven también de anclaje, por medio de los haustorios ("órganos prensores y chupadores") el Oidio penetra las células de la epidermis de hojas, tallos y peciolos.
Este hongo se desarrolla superficialmente (no penetra en capas profundas de la hoja), por lo que otra pista que nos permitirá identificarlo es que cuando pasamos el dedo por encima de la hoja, la mancha de polvo se va. Aunque esto puede hacer pensar que la erradicación con fungicidas debe ser fácil, la realidad es que si utilizamos productos biológicos de bajo efecto sistémico, las partes a las que no ha llegado el fungicida o no ha penetrado lo suficiente, seguirán conteniendo pequeñas partes del hongo que pueden volver a crecer rápidamente si las condiciones le son propicias. Por eso hay que ser constante con los tratamientos incluso aunque ya no detectemos la presencia de oídio.
La temperatura es el factor ambiental más determinante para el desarrollo de la enfermedad, que puede ocurrir normalmente desde los 6 ºC hasta los 33 ºC, sin embargo, la germinación rápida y con crecimiento de micelio sucede entre los 21 ºC y los 30 ºC con un período de incubación de 5 a 6 días. El óptimo para el desarrollo de la enfermedad se encuentra entre los 20 ºC y los 27 ºC. La germinación de las conidias puede acontecer en sólo 5 horas a su temperatura óptima, la cual es de 25 ºC. Con rangos entre 28 ºC y 33 ºC ésta se inhibe y con temperaturas iguales o superiores a 35 ºC e inferiores a 6 ºC se destruye el hongo.
Según los estudios consultados, los factores ambientales involucrados en el establecimiento y desarrollo del hongo en diversos huespedes son:

Temperatura media diaria:
Superior a 15ºC favorece el desarrollo del hongo y la dispersión de conidios. En general, la producción de conidios disminuye cuando las temperaturas bajan de 15-20°C y cuando las temperaturas superan los 26°C.
Según los estudios realizados con lúpulo, exposiciones de unas dos horas a temperaturas superiores a 32ºC disminuyen la incidencia de la enfermedad.

Humedad relativa: 
El rango óptimo de germinación de los conidios es entre 75% y 98% de humedad. Ante humedades relativas bajas, el hongo reacciona liberando un mayor número de esporas. Esta dispersión se ve favorecida también por fluctuaciones bruscas de la humedad. Cuanto más baje la humedad ambiental y cuanto más bruscamente lo haga, más cantidad de esporas serán liberadas en el ambiente. Aunque la humedad ambiental sea baja, debido a la transpiración de la planta, la superficie foliar puede llegar a tener una humedad alta, lo que permite la germinación del conidio.
Un medidor digital de temperatura y humedad con máximas y mínimas es una herramienta imprescindible en estos casos ya que nos dará una idea precisa de cuándo se dan estos valores de alto riesgo.
Lluvia: 
La lluvia elimina las esporas que están flotando en el ambiente por lo que la probabilidad de infección en un día de lluvia es bajo. Además una capa de agua sobre las hojas impide la germinación de las esporas, el desarrollo de los conidios y su dispersión. La maduración de los conidios precisa de luz, por lo que la dispersión de las esporas se produce por el día, aproximadamente entre la 13:00 y las 15:00 de la tarde. El momento más crítico del día suele ser entre las 17:00 y las 21:00. Estudios con lúpulo demostraron que las esporas que germinen en estas horas tienen más probabilidad de causar un daño mayor.

Factores ambientales relacionados con la concentración de esporas de S. macularis en el ambiente.* Si se dan temperaturas diurnas superiores a 32ºC el riesgo de infección disminuye.

El patógeno es capaz de completar su ciclo de vida en cinco días, cuando las temperaturas se encuentran entre los 20º y 30ºC. Cuando esto no se cumple, es decir, las temperaturas bajan de los 20ºC o suben por sobre los 30ºC, el patógeno requiere más de 15 días para completarlo.


La enfermedad se puede desarrollar entre rangos de un 40 a un 100% de humedad relativa, sin embargo, condiciones de agua libre pueden ocasionar una reducción en el porcentaje de la germinación de las esporas o un lavado de micelio y esporas desde tejido del hospedero.
La baja iluminación y el aire viciado facilitan esta enfermedad.


Síntomas y Daños
Es extremadamente dañino pues afecta al crecimiento
El oidio puede atacar a todos los órganos verdes de la planta. En las hojas aparecen desde el inicio de la vegetación manchas pulverulentas de color blanco grisáceo sobre el haz. A veces los comienzos del ataque se manifiestan como manchas de aceite en el haz, que recuerdan a las del "mildiu", pero que suelen ser más pequeñas y nunca muestran la típica pelusilla blanca en el envés
Normalmente, los síntomas se desarrollan primero en las hojas inferiores en sombra, y en las superficies abatibles de las hojas.


Si el ataque es fuerte, las hojas se ponen amarillentas y posteriormente se secan.
En exterior ataca a las plantas más débiles, a la sombra o en plantas con mucha masa foliar y un poco sobre-nitrogenadas.
El Oidio es un hongo externo, se desarrolla sobre la superficie, no penetra en las hojas, y por lo tanto, se puede atacar con fungicidas de forma curativa, una vez que ha infectado. Los demás hongos penetran en la hoja y los fungicidas sólo sirven para prevenir, para evitar que realicen la infección.

Prevención y Control

Cultivos de exterior:
                 Fase de crecimiento: 
Hasta la entrada en floración podemos realizar tratamientos preventivos con azufre, repitiendo el tratamiento cada 20 días o después de una lluvia, ya que ésta elimina el azufre de las hojas. Hay muchas formas de aplicar el azufre. Consulta en tu grow habitual. De todas formas, hay que seguir siempre las indicaciones del fabricante y tener mucho cuidado con plantas pequeñas.
El azufre tiene algunos inconvenientes como problemas de toxicidad a altas temperaturas por lo que si no queremos utilizar azufre, deberíamos pulverizar con algún producto biológico de acción fungicida (ver tabla 2) cuando se den dos o más de los siguientes factores:
- la temperatura media diaria sea superior a 15ºC (excepto si en algún momento del día se han alcanzado temperaturas de 32ºC o superiores).
- humedad relativa media baja. (aproximadamente inferior al 70%).
- descenso brusco de la humedad relativa.
- ausencia prolongada de lluvias.
Cuantos más de estos factores se den al mismo tiempo, más probabilidad hay de infección.
Si las condiciones desfavorables se mantienen a lo largo de los días, deberemos repetir el tratamiento cada 2-3 días aproximadamente (o según instrucciones del fabricante). Siempre pulverizaremos las plantas hacia las 21:00.
Si hemos realizados los tratamientos adecuados o tenemos la seguridad que nuestra planta está libre de este oídio, podríamos prescindir de pulverizar los días que hayan temperaturas diurnas superiores a 32ºC. ¡Atención!, en plantas que ya tengan o hayan tenido este oídio, y sobre todo en plantas de gran tamaño, la temperatura ambiental puede ser bastante menor en las zonas interiores e inferiores de la planta donde se concentra mucha densidad de hojas, mucha sombra y mala ventilación.
Es por esto que hay que mantener limpias, podadas y bien ventiladas estas partes de la planta ya que pueden ser un reservorio muy importante de oídio. Este podría ser uno de los posibles motivos por los que las primeras hojas que se ven afectadas son las de zonas densas, sombreadas y poco
ventiladas.
               Fase Floración: 
No podemos utilizar azufre debido a que permanecen residuos, por lo que deberemos realizar tratamientos con productos biofungicidas tales como, propóleo, enzimas
específicas, cola de caballo, etc. El jabón potásico también suele dejar residuos, por lo que no estaría recomendado en floración avanzada.
Al igual que antes, pulverizaremos nuestras plantas cuando se den a la vez varios factores ambientales de los anteriormente descritos y que también están reflflflflfl ejados en la tabla 1, repitiendo el tratamiento (frecuencia según el fabricante) si estas condiciones se mantienen, y siempre hacia las 21:00 de la tarde.

Cultivos de interior:

La infección en cultivos de interior se produce debido a que los conidios que están flotando en el exterior llegan al cuarto de cultivo, donde germinan y se desarrollan. Partiendo de un cuarto limpio, plantas libres de oídio (los esquejes son portadores silenciosos de oídio) y medio de cultivo nuevo, la estrategia consistirá en impedir que las esporas de exterior lleguen a nuestro cultivo y en el caso de que llegue alguna, hacer que ésta no se establezca.
Medios físicos para impedir la entrada de esporas en nuestro cuarto. El mayor causante de entrada de hongos al cuarto es el extractor. Pensemos que cuando eliminamos aire de nuestro cultivo, el mismo volumen de aire está entrando del exterior por las rendijas del cuarto y otras aberturas (por ejemplo, por debajo de la puerta o por las aberturas inferiores en el caso de un armario), creándose una corriente de aire que va desde el exterior al interior de nuestro cuarto. El aire que entra por estas rendijas no está filtrado, por lo que si el ambiente está cargado de esporas las estamos introduciendo rápidamente en nuestro cultivo. Por lo tanto, seria una muy buena práctica meter aire en nuestro cultivo en lugar de sacarlo y que este aire entrante esté previamente filtrado con un filtro de carbono o un filtro HEPA, por ejemplo.
El mismo volumen de aire filtrado que metemos en el cuarto saldrá por las rendijas o aberturas de manera forzada, creando una corriente de aire limpio que va de dentro del cuarto al exterior, lo que dificulta aun más la entrada de cualquier espora (e insecto), la cual tendría que desplazarse contracorriente para entrar en el cuarto. Es el mismo principio que utilizan las cámaras de flujo laminar y otros recintos que precisan de una buena asepsia.
Evidentemente otra de las vías por las que introducimos las esporas en nuestro cuarto es a través de la ropa, por lo que una buena costumbre seria tener a mano una bata que nos pondríamos antes de entrar al indoor.
Por si estos métodos físicos no fueran suficientes, sería interesante realizar tratamientos preventivos, sobre todo en las épocas más confl ictivas. Recordemos que en crecimiento podemos usar azufre hasta el día antes de pasar a fl oración. Sin embargo, pasados 15 días después del último tratamiento y de estar floreciendo, la planta empezará a formar nuevas hojas las cuales ya no estarán protegidas por el azufre, por lo que si queremos asegurarnos una buena protección (sobre todo en plantas de larga floración o en épocas de mayor incidencia de oídio) tendremos que utilizar otros productos. Para que la efectividad del tratamiento sea la mayor posible deberemos saber cuándo son los momentos en los que la concentración de esporas en el exterior es máxima. Siguiendo las mismas normas que para los cultivos de exterior, la mayor concentración de esporas se dará en días en los que coincidan varios factores ambientales de riesgo anteriormente descritos (ver tabla 1). Cuando se den estas condiciones en el exterior es preciso realizar un tratamiento preventivo en el indoor. La pulverización la realizaremos siempre unos minutos antes
de apagar los focos.
Además, deberíamos mantener constante y sin fluctuaciones la humedad, siendo la recomendada una humedad baja (inferior a 60%). ¡Atención!, esta humedad es recomendable en los casos en los que no hay presencia del hongo en nuestras plantas
y queremos por lo tanto dificultar a las esporas que hay en el exterior y que hayan entrado a nuestro indoor su germinación. Un buen movimiento de las hojas mediante ventiladores difi cultará que la espora se deposite sobre la hoja y se establezca. Muchos cultivadores cometen el error de bajar drásticamente la humedad al darse cuenta de que sus plantas están infectadas con oídio. Esto provoca una señal que estimula al hongo que está ya en el cultivo a que disperse sus esporas y por lo tanto a que se extienda rápidamente la enfermedad. Si te has encontrado este tipo de oídio en tu plantación y no está muy avanzado, deberás quitar las hojas más infectadas, mantener una humedad constante entre el 70% y tratar tus plantas cada 2-3 días con algún biofungicida (o según indicaciones del fabricante). Del mismo modo, el movimiento de las hojas mediante ventiladores está desaconsejado en el caso en el que ya tengamos este oídio, ya que lo único que estaríamos haciendo es dispersar aun más las esporas. Una vez erradicado, ya puedes bajar la humedad y volver a encender los ventiladores para evitar que vuelva a desarrollarse, pero repitiendo siempre los tratamientos fungicidas cuando se den las condiciones atmosféricas anteriormente descritas.
Para mantener la humedad relativa constante se puede utilizar un higrostato conectado a un regulador de intensidad (potenciómetros). El sistema lo que hace es conectar a la máxima potencia el extractor (el extractor funciona a la máxima velocidad) cuando la humedad sube de la indicada. Cuando la humedad es la in dicada o más baja, el higrostato conecta el extractor pero a través del regulador, lo que hace que el extractor trabaje a una velocidad más baja, la cual nosotros podemos regular.
En todos los casos, dejaremos de aplicar los tratamientos preventivos o curativos una semana antes de la cosecha.
Cuantos más de estos factores se den simultáneamente, mayor riesgo hay de infección.

Algunos de los productos de procedencia biológica con acción anti oídio y que podemos encontrar en el mercado:





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